El club de los viernes, Kate Jacobs :: Reseña




Georgia Walker es ahora una mujer feliz. Pero las cosas no siempre han sido fáciles para ella. Doce años atrás, cuando estaba embarazada, su novio James la abandonó para irse a vivir a Francia. Pero ahora James ha regresado de Francia para conquistar de nuevo a Georgia y ejercer de padre de su hija ya adolescente... Gracias a los consejos de una buena amiga, Georgia es dueña de una bonita tienda de lanas en Nueva York, donde da también clases de punto en su tienda y ha creado un curioso club. En efecto, cada viernes, se reúne en el local de Georgia un variopinto grupo de mujeres que, a través de su pasión común por el punto, han desarrollado una fuerte amistad. La laboriosa actividad da pie a que cada mujer dé rienda suelta a sus anhelos, sus pasiones y sus angustias.

Hoy tengo un mal día y en un primer momento me he dicho: “a la porra, paso del blog. No me apetece escribir.” Pero luego me lo he pensado bien, he visto el libro que tenía para reseñar y me he dado cuenta de que mis sentimientos de hoy son perfectos para hablarte de El club de los viernes, de Kate Jacobs.

La historia gira entorno a ocho mujeres muy distintas que encuentran un lugar común, un soporte, en un Club de Punto que se forma de manera espontánea en la tienda de lanas de la protagonista (Georgia). Y aunque el tema se viste de punto como podría vestirse de cerámica japonesa, me ha gustado mucho la metáfora que plantea el libro, ya que las vidas de esas mujeres se van entretejiendo hasta llegar a formar una labor bastante realista y muy emotiva.

Este no es un libro exclusivamente para mujeres tejedoras, así que no os dejéis echar para atrás pensando que se trata de un manual de costura. En realidad, el Club de punto es solo la excusa perfecta de un grupo de mujeres para reunirse y apoyarse mutuamente. Y esto me ha recordado dos conceptos que en los últimos tiempos están teniendo una gran importancia en mi vida (más por su ausencia que por otra cosa): comunidad y sororidad.

El primero seguro que lo tenéis claro, igual el segundo no lo habéis escuchado tanto. Cuando se habla de sororidad, en general se habla de la solidaridad entre mujeres y, concretamente desde la perspectiva feminista, de la solidaridad entre mujeres en el contexto social y patriarcal en el que vivimos actualmente.

No os asustéis, no voy hacer un manifiesto feminista en este artículo. Me voy a quedar con la parte de significado que en este momento estoy echando en falta y que creo que se ve muy bien reflejada en el libro y es la facilidad que en realidad tenemos las mujeres de crear vínculos increíblemente intensos entre nosotras (vale sí, a veces tanta intensidad no es buena, pero ahora, para mí la querría).

Y esa es la premisa principal del libro: como ocho mujeres tan rematadamente distintas que algunas de ellas ni siquiera se soportan en un principio son capaces de romper con las barreras que las separan y unirse, conocerse, apoyarse, cuidarse y dejarse cuidar.

No se trata de una novela romántica al uso (creo que se incluye dentro del género chick lit), pero sí es una novela que trata al 100 % sobre sentimientos y, naturalmente, el amor suele ser la estrella de los sentimientos, aunque hay muchas clases de amor.

La trama tiene un ritmo lento al principio, aunque este va aumentando de manera paulatina y progresiva y, en mi opinión, tiene un buen equilibrio entre las partes de acción y los capítulos más reflexivos.

En algunas ocasiones, los saltos en el tiempo me han parecido un poco bruscos, conociendo los detalles de lo que ha ocurrido explicados a posteriori por los personajes, en vez de vivirlos de manera activa en la narración. No es que no me guste, pero en algunos momentos me habría gustado estar ahí y tener más detalles de lo que ocurre.

Los personajes me han parecido maravillosos. No solo los más protagonistas (a los que es imposible no amar), sino también los secundarios le dan muchísima riqueza a la novela. Todas ellas son muy carismáticas y, aunque haya alguna de ellas que pueda no caerte bien, acabas por cogerles mucho cariño. Y eso es porque tienen una evolución muy bien trabajada a lo largo de toda la historia.

No sé si me lees desde hace poco o ya sabes más o menos lo que me gusta, pero en más de una ocasión he dicho que para mí siempre es necesaria una historia de amor. Pues bien, en este libro no ha sido el caso, de hecho, es lo que más me ha molestado. No porque no esté bien construida (aunque a mí me ha costado mucho empatizar con ella) (hablo de manera tan general porque no quiero hacer spoilers), sino porque las ocho protagonistas me han llenado tanto que no lo he necesitado.

Creo que me ha quedado una reseña muy poco convencional, pero es que hoy estoy muy visceral y no podía escribir nada desde la razón. Para resumir, diría que es una historia muy recomendable, muy emotiva y muy tierna, pero también muy dura, tanto como la vida misma. No esperéis una novela happy flower, súper edulcorada de final feliz y artificial.

Es un relato que sigue el ritmo de la vida, con sus cosas buenas y malas, con sus momentos globo, en los tienes la sensación que vas a salir flotando de tanta felicidad y otros en los que el pozo parece no tener fin. Yo te la recomiendo. 

Otros libros de la autora:





Y nada, dicho esto me voy a ver Orgullo y prejuicio una vez más y a comerme una tableta entera de chocolate (pero de ese que no es nada sano, con litros de leche y azúcar refinado). O igual me pongo con esa manta que llevo tejiendo hace siglos y que no se acaba nunca... Aunque por qué elegir... ¡Puedo tenerlo todo! 

¿Cuáles son tus trucos para los días malos? ¿Cómo te mimas?

Achuchones virtuales y muy felices lecturas : )

Comentarios

  1. Hola Bea!

    Descubrí este libro por casualidad en una biblioteca hace ya unos años y decidí llevármelo por probar, como otros tantos de esa época. Tuve las mismas sensaciones que tú, ¿cómo esas ocho mujeres tan diferentes pueden tejer (nunca mejor dicho) una amistad tan fuerte y una historia tan bonita? Novelas como esta te hacen confiar un poco más en la humanidad por esa sororidad (concepto que, por cierto, no conocía), pensar que puedes encontrar apoyos y personas interesantes en el lugar menos esperado.
    Tu reseña es como el libro, muy visceral porque yo reconozco que con este libro lloré lo que no está escrito.
    Mi truco para días malos: encerrarme en casa con un té/chocolate caliente, poner las manos sobre él y escuchar canciones tristes que se adapten a mi estado de ánimo, xD

    Un besazo muy fuerte para salir de ese día de hundimiento

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Sandra :) Muchas gracias por tus mimos. ¡Siempre me alegra coincidir contigo en las opiniones y leer tus comentarios siempre es un subidón! La verdad que en esto de los blogs literarios estoy econtrando un poco de ese espíritu de comunidad del que hablaba y eso me pone una sonrisa en los labios.

      Me guardo tu truco para la próxima (ya estoy mejor). ¡Un besazo!

      Eliminar
  2. Una vez me dijeron: "Lo bueno de los días malos es que duran exactamente lo mismo que los buenos". Mañana será mejor (y eso sin chocolate de por medio :P)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares