Vida a la alemana :: Las colas


No suelo escribir en el blog sobre mi vida personal, pero desde la semana pasada que este tema me persigue y me irrita sobremanera, así que he sentido la necesidad de compartirlo con el mundo. No soy fan de los tópicos. Sobre todo desde que vivo en Alemania y he tenido que responder con diplomacia a frases del tipo: ah, para ser española eres muy trabajadora; o preguntas: ¿en España hay malaria? ¿Todos los españoles dormís la siesta? Por este motivo intento no hacer con los demás lo que a mí me molesta tanto.

No obstante, tengo que decir que la fama de los alemanes (o mejor dicho de Alemania como sistema social y político) de ser muy cuadriculados y estrictos es bastante cierta. Cada persona es un mundo, totalmente de acuerdo. Pero aquí la burocracia lo rige todo y hay una fuerte tendencia a seguir las normas. Si estas dicen que para ir de A a C hay que pasar por B, da igual lo lejos que puedas saltar, hay que pasar por B y punto. Sobre todo en Múnich, donde he pasado más tiempo. Allí la gente te mira raro si cruzas a pie con el semáforo en rojo.

Así que me quedé bastante sorprendida (por no decir algo más fuerte) la primera vez que, al abrir una segunda caja en el supermercado, toda la gente que tenía detrás de mi salió en desbandada hacia allí sin guardar ningún tipo de turno ni preguntar, por cortesía, a los que tenían delante si querían pasar. Y esto no fue una casualidad. Los tres años que llevo en Alemania me los he pasado luchando para que no me robaran mi turno en las colas.

Tampoco es que en España esto se respetara muchísimo, listos hay en todas partes, pero me daba la impresión de que era como una norma no escrita, una cuestión de educación. Aquí, en cambio, no tengo para nada esa sensación. Es la ley de la jungla. Creo que nunca voy a poder acostumbrarme a eso.

Todo esto viene a que la semana pasada casi tengo que hacerle un placaje a una señora mayor que intentó, de todas las maneras posibles, colarse en la farmacia. Con lo fácil que es decir: disculpa, ¿me puedes dejar pasar que tengo prisa? No le voy a decir que no a una encantadora ancianita. Pero si estoy esperando y casi me empuja para, sin ni siquiera mirarme, ponerse delante de mí y bloquearme el paso… Vale, vale… Que me enciendo de nuevo.

No sé si es que he tenido mala suerte. Me parecería raro ser tan gafe. En fin, solo quería desahogarme un poco.

Y para acabar con algo relacionado de verdad con el blog quiero decir que recomiendo muchísimo la lectura de Diarios del Sáhara, de Sanmao, la primera publicación de la editorial :Rata_. Normalmente suelo leer novela, y pensaba que me costaría hacerme con un libro que es más bien ensayo o crónica. Pero la verdad es que las páginas pasan solas y cada vez estoy más enamorada de Sanmao.

Así que con esta recomendación acabo. Los comentarios son siempre bienvenidos, tanto si son a favor como en contra.

¡Hasta la próxima y que acabéis de pasar una estupenda semana!

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