Los abuelos que enseñaron a besar el pan

¿Qué puede llegar a ocurrirles a los vecinos de un barrio cualquiera en estos tiempos difíciles? ¿Cómo resisten, en pleno ojo del huracán, parejas y personas solas, padres e hijos, jóvenes y ancianos, los embates de una crisis que «amenazó con volverlo todo del revés y aún no lo ha conseguido»? Los besos en el pan cuenta, de manera sutil y conmovedora, cómo transcurre la vida de una familia que vuelve de vacaciones decidida a que su rutina no cambie, pero también la de un recién divorciado al que se oye sollozar tras un tabique, la de una abuela que pone el árbol de Navidad antes de tiempo para animar a los suyos, la de una mujer que decide reinventarse y volver al campo para vivir de las tierras que alimentaron a sus antepasados… En la peluquería, en el bar, en las oficinas o en el centro de salud, muchos vecinos, protagonistas de esta delicada novela coral, vivirán momentos agridulces de una solidaridad inesperada, de indignación y de rabia, pero también de ternura y tesón. 
Y aprenderán por qué sus abuelos les enseñaron, cuando eran niños, a besar el pan.
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El pasado lunes se celebró en España El día de las escritoras y me apetecía hacer algo relacionado en el blog. Al final no me da tiempo a hacer nada especial, así que he revisado todas las reseñas que tenía pendientes a ver si había leído últimamente a alguna mujer y, efectivamente, tenía un par, lo que me ha alegrado un montón.

Para esta semana he elegido Los besos en el pan, de Almudena Grandes, una de mis escritoras favoritas de todos los tiempos.  Una vez, el periodista Josep Cuní le preguntó en una entrevista: ¿cómo hace para escribir usted tan bien?; y yo me sentí tan identificada con aquella pregunta que no he podido olvidarla. Porque esta mujer escribe pero que muy bien. 

Me parece que éste es el quinto libro que leo de ella y no deja de asombrarme. Creo que no hace falta que yo venga a comentar ahora la calidad literaria de las obras de Almudena Grandes cuando el propio Vargas Llosa dice que es "una de las más grandes escritoras de nuestro tiempo". Así que esta vez no voy comentar cosas como: qué dominio del lenguaje, qué trama tan elaborada, qué personajes tan bien construidos, porque me parece del todo innecesario en este caso, sino que intentaré transmitir las emociones que me provocó su lectura.
Los besos en el pan es una novela coral y costumbrista que narra en primera persona un día a día del que todos en España, en mayor o menor medida, formamos parte. Todos conocemos a alguien que se ha quedado en el paro, o que lleva en él ya un rato; a alguien que ha tenido que viajar al extranjero para ganarse la vida; el centro de salud del barrio que han cerrado por falta de financiación, la amiga que nunca lleva almuerzo al colegio. Se trata de la narración de una realidad muy dura a través de un grupo de personajes tan anodinos como extraordinarios que ponen cara y nombre a una crisis de la que estamos ya todos muy empachados. Por eso creo que esta novela es un riesgo convertido en éxito. 

Pero el libro no narra sólo las penas a las que los que vivimos estos tiempos tenemos que enfrentarnos, sino que es también un canto a la lucha, un empujón para gritar que nos devuelvan todo lo que nos han quitaron y, de paso, que nos den de una vez todo aquello que se olvidaron por el camino. Hay que ser muy valiente para pedir ayuda, pero hay que ser todavía más valiente para aceptarla; esto es lo que aprenderán a la fuerza las gentes que llenan las pàginas de la novela.

Unas páginas que están llenas de rábia y de crudeza, pero también de una ternura capaz de traspasar la barrera. Creo que la intención de la autora con esta obra era la de provocar una reacción en el lector, remover sus entrañas y su consciencia y hacer tambalear sus sentimientos. Hacerle reflexionar. Puede que no lo consiga con todo el mundo, pero no será por falta de empeño y maestría.

¿Os animáis a entrar en sus vidas? Que acabéis de pasar una bonita semana :)
Otras obras de la autora en el blog:

El lector de Julio Verne







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